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La interminable, costosa y espantosa guerra contra las Provincias Unidas está muy estudiada en el teatro europeo, pero menos en el del Extremo Oriente, en el cual los holandeses se afanaron en conquistar las posesiones portuguesas y españolas (hay que recordar que a pesar de la unión de los reinos y por disposición de Felipe II, se mantuvieron independientes las administraciones de las posesiones de ultramar y, a pesar de depender del mismo Rey, la cooperación hispano-portuguesa en las Molucas dejó bastante que desear). A lo anterior hay que añadir que, en vez de fomentar el comercio y la Marina para sostener tan vastas y alejadas posesiones, los gobiernos de Felipe III las restringieron y dejaron un campo abonado para la expansión comercial holandesa.
En ese contexto y habiéndose apoderado los holandeses de las Islas de las Especias, el día de la fecha que conmemora esta efeméride, zarpó del puerto de Ilo-Ilo en la isla de Panay, una armada compuesta por 5 naos, 4 galeras de fanal, 3 galeotas, 13 fragatas grandes y 12 entre champanes, juncos o pancos, conduciendo una fuerza de 3.100 hombres (1.400 españoles), organizados en 14 banderas, y 75 piezas de artillería de diferentes calibres. El General, D. Pedro de Acuña, llevaba su insignia en la galera Santiago, llevando de almirante a D. Juan de Esquivel, que arbolaba la suya en la Jesús María, que no pasó del puerto de Caldera en Mindanao, arrastrada en calma por violentas corrientes, sin que las galeras lograrán remolcarla ni sus anclas pudiesen retenerla.
La armada llegó a Térnate el día 26 de marzo y tras diversos combates contra holandeses e indígenas, el archipiélago de la especiería quedó en poder de los españoles. El éxito se celebró en la Corte, cuando llegó la noticia de Filipinas, como “reconquista, y conquista nueva de los castellanos”.
Desgraciadamente la ocupación de esas islas, sin Marina que las sostuviese duró muy poco tiempo, el hecho de su ocupación terrestre no significó, en absoluto, que Holanda perdiese el dominio del mar y pronto las recuperó.
